¿Merecen la pena las playas de Mykonos? Según mi experiencia, sí… aunque depende de lo que busques. Cuando llegué a Mykonos, lo hice con la idea de descansar en playas paradisíacas. Arena fina, agua cristalina, paz. Y sí, encontré todo eso… pero también encontré fiesta, música, lujo, ruido, rincones escondidos y contrastes que no esperaba. Porque en Mykonos, una playa nunca es solo una playa. Es un universo entero. Y ahí está su encanto.

La primera impresión: belleza turquesa y ambiente vibrante. Las playas de Mykonos son preciosas. El color del mar es una locura, con esos tonos entre turquesa y azul profundo que parecen sacados de una postal. Y la arena, en muchas de ellas, es suave y clara. Pero más allá del paisaje, lo que realmente impacta es el ambiente: algunas playas son auténticos clubes al aire libre. Música desde el mediodía, camareros que te atienden en tu tumbona, gente bailando… y eso puede ser maravilloso o agotador, según tu energía del día.

Lo que me gustó (mucho):

• Paraga Beach y Psarou: espectaculares, limpias, cuidadas y con servicios excelentes. Más caras, sí, pero se nota en los detalles. • Agios Sostis y Fokos Beach: mis favoritas por su lado salvaje, menos gente y ese aire natural donde el tiempo parece detenerse. • El agua: cristalina, fresca y perfecta para nadar en cualquier playa.

Lo que no me convenció del todo:

• El lujo excesivo en algunas playas: si no querés pagar 40 € por dos tumbonas, tendrás que buscar zonas libres o caminar bastante. • En temporada alta, ciertas playas se llenan demasiado y se pierde la sensación de paraíso. • Un día fui a Paradise Beach en plan relax… y me encontré con una fiesta gigantesca. Buen ambiente, sí, pero no era mi mood de ese día. Me fui. Al día siguiente probé otra playa más tranquila… y fue justo lo que necesitaba.

Entonces, ¿merecen la pena? Sí, si entiendes que Mykonos tiene muchas caras. Las playas son bellísimas, pero también reflejan la dualidad de la isla: glamour y naturaleza, fiesta y calma, lujo y autenticidad. Si buscas silencio absoluto todo el tiempo, quizás no sea tu destino ideal. Pero si sos flexible y elegís bien… vas a encontrar pequeños paraísos.

Mi consejo personal:

• Alquilá coche o moto: las mejores playas no siempre están cerca del hotel. • Alterná entre playas animadas y playas salvajes: Mykonos tiene ambas, y esa variedad es parte de su magia. • No te frustres si una playa no es lo que esperabas: a pocos kilómetros hay otra completamente distinta.

¿Merecen la pena las playas de Mykonos? Según mi experiencia, sí, totalmente.
Porque son más que bonitas. Son intensas, cambiantes, llenas de vida. Algunas te hacen bailar, otras te invitan a contemplar. Y si te dejás llevar, Mykonos te da justo lo que necesitás. A veces, sin que lo supieras.

Mi experiencia en las playas de Mykonos fue una mezcla de sorpresa, disfrute y momentos que aún guardo como recuerdos muy vivos. La isla tiene una vibra única que se siente especialmente junto al mar.

La primera playa que visité fue Platis Gialos, un excelente punto de partida. Desde allí tomé un taxi boat que va saltando de playa en playa, y esa sensación de ir descubriendo calas desde el mar fue maravillosa.

Elia me enamoró por completo: amplia, cómoda, con un mar azul profundo que te invita a quedarte horas. Uno de esos lugares donde sentís que tu cuerpo y tu mente por fin se alinean.

Super Paradise fue todo lo contrario: vibrante, animada, llena de energía. No es para relajarse, pero sí para vivir la cara más divertida de Mykonos.

Una de las sorpresas más lindas fue Agios Ioannis. Pequeña, tranquila, con vistas preciosas y un ambiente más local. Allí viví uno de los atardeceres más bonitos del viaje.

En resumen: mis días recorriendo las playas de Mykonos fueron uno de los mayores aciertos del viaje. La isla tiene playas para todos los gustos, y parte de su encanto está justamente en explorar y descubrir cuál vibra con vos.